Día 35. El encuentro.

Desilusionado, cansado, sin ninguna esperanza ala vista.
Lo único a mi favor ahora es que no hay nada que perder.}
Es jueves en la noche me dirijo hacia el departamento donde la amiga de la princesa expone su obra. Seguro habrá muchas caras conocidas y muy probablemente esté “ella”. Como cada día traté de contactarla por teléfono y por mensajes de texto y no obtuve respuesta.

Decidí no llegar solo, pero las opciones de compañía que tenia preparadas quedaron mal en el último momento.
Llegué caminando, me tomé mi tiempo, paré a comprar alguna cosa en el oxxo, me detuve en algún puesto ambulante, etc. El destino es tan irónico que cada actividad que realicé en el camino al evento, determinó el tiempo justo para que, cruzando la calle Pilares, la topara de frente. Ella estaba ahí, vestida con su lindo vestido azul y su caminar ondulante.
Venía acompañada de algún viejo amigo que al parecer fue su novio años atrás.

Ese cosquilleo en el estómago, el instante en que el escenario desaparece y solo está ella y la sonrisa que dibuja al verme.
Gritó mi nombre y se abalanzo a mis brazos. El abrazó fue largo, su perfume, su cabello, su barbilla embonando en mi hombro.

- Vienes a la expo?-
- Si, tu?
- Voy saliendo, mañana operan a mi mamá
- Te ves cansada
- Lo estoy
- Prometo que nos veremos pronto
- Deberíamos
- Éste es un buen inicio.
- Eso espero.
- Me voy tengo que preparar lo de mañana.

Nos abrazamos más fuertemente que antes. Se fue sonriendo, y yo, con los restos de su aroma en el pecho, me largué sin entrar a la exposición recordando su figura envuelta en tela azul.

“Sabría que valdría la pena, ahora sonrío”

Decía el mensaje que escribí una cuadra más adelante.

Soundtrack, The Rolling Stones. “She is like a rainbow.”
http://www.youtube.com/watch?v=826AhX6lujQ&feature=related

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