jueves, 8 de abril de 2010

Día 67. Crónica de una cena en Paris

Los preparativos:

Compré dos porciones de deliciosa lasaña, una vegetariana y otra boloñesa (ella casi no come carne).
Previamente, preparé una mesita con dos sillas en la azotea de mi edificio, mantelitos y cubiertos.
Escondí un termo con café caliente detrás del tinaco, copas de cristal y la bendita botella de vino chileno.
Preparé hogazas de pan tipo europeo, velas para cuando cayera la noche, un tazón de deliciosas fresas con crema y subí un poof para echarnos a ver la puesta del sol. Por supuesto la vista nos ofrecía la paleta milticolor de tonos cálidos y purpúreos de la puesta de sol en la ciudad.

Todo estaba listo, minutos antes de las 7 de la tarde, terminaba de instalar un gran pizarrón blanco, de esos en los que se puede pintar y borrar con un plumón. Locoloqué justo a un lado de nuestra mesa.

Ella llegó y la mesa estaba lista, la tarde no podía ser más linda.

Cuando ella se sentó a la mesa, comencé a dibujar en el pizarrón un escenario: Casas antiguas, árboles frondosos, farolitos, la Torre Eiffel, Paris…
No faltó el niño frances que toca el acordeón y Notre Dame al fondo.
Por supuesto, la carta estaba en francés (dibujada al momento en una hoja blanca y con un plumón) y solo mostraba 2 opciones de menú, lasaña vegetariana y boloñesa, je.
Y la carta de vinos, ofrecia la única opción que teníamos, una orgullosa botella del vino chileno del amor.

La velada, alegre y elegante. Le daban mucha risa todos los dibujitos que ponía en nuestro escenario parisino.
La comida deliciosa y al final, detrás de los tinacos surgió un plato de frescas fresas con crema acompañadas de café caliente.

Las siguientes horas vimos como anochecía tirados en el poof, hablando de aviones y estrellas. Alternando café y vino y abrazándonos fuerte para contrarrestar el frió. Le presté mi bufanda y la cubrí con mi chamarra. Acariciaba su mano mietras olia su cabello. Muchas canciones, ,uchos aviones, podríamos haber estado ahi por días.

Cuando ya era tarde bajamos de la azotea con el poof , lo acomodamos en mi lugar y continuamos hablando, abrazándonos y repartiéndonos cientos de besos por la cara que cada vez se acercaban más peligrosamente a la boca.

No se que fue, pero algo nos hizo recordar una canción de los Cádillacs, “carnaval toda la vida, y una noche junto a vos…” la tarareamos toda la tarde.

Se fue, nos dijimos "te quiero" un par de veces. Nos dimos uno de esos abrazos interminables que tanto extrañaba.

Es una de esas tardes que reivindican, que te suman puntos al karma, que se graban, que quisieras que no se acabaran.

Y yo obviamente, estoy feliz.


Soundtrack: Karen O & The Kids - All Is Love (Where The Wild Things Are)
http://www.youtube.com/watch?v=rAfcBwYuNDU

5 comentarios:

  1. Sabes, me hiciste llorar...

    Que envidia de la buena, yo quisiera una tarde asi con mi amor que no esta conmigo.

    En nombre del club de los corazones rotos te deseo con todo lo que puedo, que la princesa sea tuya antes del día 100

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  2. Estoy de acuerdo con Nancy (yo también pertenezco a ese club) , deseo lo mismo para ti...Lo que haces es bellísimo, ya quisiera yo compartir algo así con mi amore...Suerte muchisima Suerte

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  3. Gracias, algo de lo que he aprendido con este proyecto es que para que las cosas sucedan, hay que hacer que sucedan.

    Ya veremos que pasa ahora.

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  4. Muy buen avance...Una planeación estupenda. Ahora sería bueno que no dejaras que esa llama que tanto trabajo te ha costado encender (porque de que a la princesa le gustan esos detalles... LE GUSTAN y por ende LE GUSTAS TÚ) no se extinga.
    Vas por muy buen camino, un abrazo

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