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El lunes, dejé el libro en la portería de su edificio.
No sin antes infiltrar tarjetitas con piropos entre las hojas, así cuando esté leyendo la historia irá encontrando mensajitos.
Solíamos ir a cenar a acogedores restaurantes de la colonia Roma, amanecer bebiendo vino y tomando mate. Extraño mucho eso, creo que ella también.
- Que crees que me encontré? – Le escribo
- Un lugar en el centro donde hay sopa de berenjena, helado de vainilla flotando en chocolate con cereza, buen café y excelente vino. –
- Qué rico! Que lo disfrutes- contesta rato después.
Mierda, cada vez me siento mas tonto.
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Que respuesta mas fea la de ella, yo me hubiera molestado xD
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